
Cruzo el mar intenso y oscuro.
Al otro lado de este océano infinito me esperan mis raices.
El nuevo mundo les acogió a ellos cuando sintieron miedo.
Espero refugiarme entre sus paredes de madera,
y que ellas sean los cimientos de mi mundo nuevo.
Una ballena asoma con mirada brillante,
con ojos limpios de agua y de profundidad.
Me observa nadando en silencio y yo
le correspondo desde lo alto con una sonrisa cómplice.
A los dos nos persigue la soledad.
Nino
Nado y nado...
ResponderEliminarZepequeña.
Me encanta!!
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