
Detrás de esa puerta se escondía un lugar como de cuento de hadas. Vegetación que teñía las paredes de verde, unos pájaros de colores en jaulas barrocas que nos miraban atentos, sedas que cubrían las ventanas, alfombras persas, jarrones chinos, figurillas de porcelana... todos los rincones lucían decorados. Y ella estaba en medio, acomodada en una silla de ratán con ruedas. El vestido era largo y volátil y escondía unas zapatillas de puntas. Nos preguntó directamente:
- ¿Conocéis a mi hermana? ¿Sabéis dónde está Nina?
Si ella nos lo preguntaba, ¿cómo iba a decirnos dónde podía estar escondida?
Un cuento de hadas que no parecía tener un final feliz...
Que cucas!
ResponderEliminarZepequeña.
Que monada!!
ResponderEliminarlos pendientes son una monada!
ResponderEliminarbonito cuento
_un beso
Gracias a tutti.
ResponderEliminarSmuac