07 marzo, 2010

Intersección



Bombis y Borombis observaban la intranquilidad del sueño de Nino.
Había llegado al taller, después de tantos kilómetros recorridos tras la pista de Nina, exhausto.
Llevaba dormido prácticamente un día entero.
Llevaba soñando prácticamente un día entero.
Le oyeron balbucear el nombre de Nina por enésima vez y un obstinado "somos una intersección de conjuntos, mi dulce Nina, una intersección... somos una intersección de conjuntos, mi dulce..."

NINOS

Y Ninos apareció en nuestro taller, revolviéndolo todo: el orden, los colores, las ideas, el tiempo.
Y no había hecho más que empezar...