30 enero, 2009

Ni pío o The silence

Preguntando aquí y allá árbol genealógico en mano, Bombis y Borombis, logran descubrir que Nino pertenece a una longeva familia de aristócratas rusos que amasaron una fortuna incalculable a lo largo de varias generaciones y que debido a un contratiempo que nadie supo explicarles, acabaron con lo puesto. Nino tenía varios tíos y tíos abuelos que escaparon de la humillación social y sentaron su vida en diversos países. La única tía que todavía vivía en San Petersburgo era Ninotchka, que cuidaba de la mansión familiar como si todavía bailaran por sus salones las parejas más populares de la ciudad o el servicio desfilara con numerosos manjares en bandejas de plata.
Ninotchka les recibió con un silencio en los labios. Bombis y Borombis la vistieron de preguntas acerca de la historia familiar, de Nino y de su posible paradero. Ni pío. Enjoy the silence.
Cerraron el portón de la casa abatidas cuando oyeron un "shhhh" sonoro. La cuidadora de Ninotchka en voz baja les reclamó atención y les dijo que Nino había estado a resguardo en aquella casa y que se marchó en busca de sus orígenes, de sus padres... pero ella no sabía dónde ni de qué forma...
¡Bombis y Borombis sí lo sabían! No sabían nada de la madre pero el padre, N. Smith, vivía en Inglaterra, lo indicaba el árbol.
¡Una gran pista! ¡De viaje otra vez!

25 enero, 2009

El engaño continua

Después de la visita a la bodega de Tanino a mí se me quedaron preguntas dentro. Si Nino era huérfano y de humilde familia, ¿cómo podía su padre ejercer la diplomacia? ¿Desde cuando era huérfano? ¿No es cierto que estos cargos gubernamentales los ocupan personalidades relevantes de un país? Las dudas iban carcomiendo la confianza que le profesaba y me armé de valor, decidí aclarar este asunto de una vez por todas.
Nino se echó a reir.
- ¿Pensabas que te estaba engañando? ¿Que pretendía ocultarte un gran secreto familiar, una fortuna, una herencia...? - Y se rió de nuevo.
- Bueno... yo... a mí no me hace gracia, Nino, qué quieres que te diga...
- No te enfades, mujer. Es culpa mía por no haberte contado antes que...
Y entonces empezó a narrarme la historia. Su padre, un humilde zapatero remendón participó voluntariamente en una guerra mundial como piloto, y fue condecorado al finalizar por su valentía y coraje en varias misiones terriblemente arriesgadas. Salvó vidas y procuró por todos aquellos que lucharon a su lado. El gobierno le otorgó como compensación un cargo de responsabilidad diplomática para que él y su familia pudieran vivir con desahogo... aunque pocos años más tarde, murieran todos menos Nino en un terrible accidente automovilístico y... Nino calló, visiblemente afectado.
Pero ¡ay! No fui capaz de detectar la mentira. En medio de aquellas palabras que no estaban exentas de verdad, se destilaba el engaño, la burla. El embaucador había logrado nuevamente llevarme a su terreno. Y lo odio por ello.

Nina.

10 enero, 2009

Carta a Ninette


Prima Ninette:
Imagino que te sorprenderá sostener esta carta entre tus manos y ver que el remitente soy yo, tu primo materno. El trascurso de estos años silenciosos no ha disminuído mi añoranza hacia ti y tu hermano Ninoir. Mantengo vivo el recuerdo de nuestro último encuentro en casa de mis abuelos paternos en San Petersburgo cuando la familia todavía se mantenía unida aunque ya mis padres no estaban...
Escribo estas líneas emocionadas para informarte de que en estos momentos me hallo en un autobús de largo recorrido que ha de llevarme hasta ti, hasta Montpellier. Partí esta madrugada de San Petersburgo después de visitar a mi tía Ninotchka y de caer en la desesperación por un fracaso amoroso largo de narrar epistolarmente.
Deseo no molestarte en exceso y sé que esta visita inesperada quizás pueda incomodarte. Si así fuese, te pido por favor que no dudes en señalármelo y me marcharé, pero... Ninette, tu y yo siempre hemos sido cómplices en tantas cosas... me has sabido comprender, has sufrido la separación de mis padres a través de mí y conoces a mi madre, sus motivos... Debo pedirte que me ayudes, que me des luz, que seas, otra vez, un bastón con el que poder caminar derecho y tomar nuevamente el rumbo de mi historia, de mi pasado y mi futuro.
Nos veremos pronto, pues.
Afectuosamente,
Tu primo Nino.

09 enero, 2009

La edad de nieve II


Las ciudades se inundan de nieve. Es el mejor momento para recordar este post antiguo.
Con vuestro permiso...

Los lunares llegaron sin avisar. Una pequeña comitiva de tímidos puntitos blancos dio paso, en cuestión de horas, a un cambio de vestuario de la ciudad. Se vistió de hielo esponjoso, cubrió bancos, calles, aceras, estatuas, puentes y tejados para que nada nos distrajera... así podríamos admirarla a ella, a la ciudad, sin usarla, sin vivirla. Todo se detuvo para que pudiésemos mirarla.Y en esa quietud, tan excepcional en estas tierras, empezamos a medirnos en otra escala. Preguntad a cualquiera de por aquí... ¿que edad de nieve tienes?

NINOS

Y Ninos apareció en nuestro taller, revolviéndolo todo: el orden, los colores, las ideas, el tiempo.
Y no había hecho más que empezar...