Los 300 es un gran grupo de amigos que se reunen en torno a una afición común por el vino. Es esta pasión la que les lleva a atender al parto de sus propios caldos que después comparten y disfrutan con aquellos que les queremos.
Los 300 viven cada evento vinícola como una gran fiesta, un punto de encuentro en el que conversan, juegan, ríen, beben, comen, bailan y comparten sus horas, sus alegrías y sus pesares, hablan de la vida y de lo intrascendente, cocinan quilos y quilos de carne o preparan paellas gigantescas al calor del fuego improvisado, bailan con propios y extraños y entonan cantos micrófono en ristre, compiten en largas partidas de cartas, aprenden un poco más de los secretos de los vinos y de los cavas, se conocen mejor o se conocen de nuevas. Son vivarachos, divertidos, elocuentes, acogedores y muy generosos.
A nosotras nos han abierto las puertas de su casa y nosotras hemos llevado a Tanino en representación. Ellos le han tratado como si fuese de la familia y él, allí se ha quedado, tan a gusto. Y no nos extraña nada.