13 agosto, 2008

La dulce Ninotchka

La tía Ninotchka pertenecía a una de las mejores familias de San Petersburgo. Afincados en la ciudad desde mediados del siglo XVIII, todos ellos compartían el gusto por la elegancia y la exquisitez.
A Ninotchka podía vérsela frecuentemente pasear del brazo de Carl Fabergé por las calles de la ciudad, frente al Hermitage, o lucir una de sus magníficas joyas en el Teatro Mariinski cuando acudían a disfrutar de una actuación de Anna Pavlova, a la que les unía también una estrecha relación.
Antes de que la Revolución brotara en San Petersburgo, el padre de Ninotchka perdió la mayor parte de su capital por su mala cabeza para los negocios. La familia se disgregó. Los hermanos de Ninotchka decidieron emigrar... Italia, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos... Pero ella, la dulce Ninotchka, se aferró a la belleza, al pasado, a la música de violines... pobre Ninotchka.

6 comentarios:

  1. la dulce Ninotchka tiene cara de ser una personita muy lista!

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  2. Llegué hasta aquí desde el blog de Laura. Con tu permiso te añado y te visito, por lo poco que he podido ver tus trabajos son preciosos.

    Besos

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  3. Que precioso dibujo, ah y gracias por los premios aunque soy tremendo desastre para ellos.... Ay, jesús no mi acordaba del sustico del pajaro de fuego y casi me da un infartito mientras escribia

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  4. Pobre, sí, que se quedó solilla ahí con tanta nieve...

    El dibu me ha encantao!

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NINOS

Y Ninos apareció en nuestro taller, revolviéndolo todo: el orden, los colores, las ideas, el tiempo.
Y no había hecho más que empezar...